Es un hecho. La Trilogía Millenium, escrita por Stieg Larsson, ha cautivado a lectores de medio mundo, convirtiéndose en España en un auténtico fenómeno de ventas. Es casi imposible coger el metro en Madrid un día y no ver a dos o tres personas con el volumen uno o el volumen dos.
Semejante éxito en nuestros días tiene una consecuencia ineludible: la adaptación cinematográfica. Y hé aquí que llega la primera de las películas, precedida de un éxito atronador en los países escandinavos.
La obra y vida y muerte y herencia de Larsson dan mucho de qué hablar. Todo lo que rodea a Millenium es controvertido y da lugar a las más diversas teorías, pero lo que es indudable es que las novelas de Larsson son un soplo de aire, no ya fresco, sino gélido, en un género, el de la novela negra o el thriller, que está más que saturado y en el que uno se siente como en el metro.
Creo que incluso el propio Larsson, que demuestra a lo largo de dos de las tres novelas que han llegado a España una maestría y conocimiento del género notable, era consciente del éxito y posterior adaptación al cine, y puede haber dado con la clave de bóveda de una exitosa adaptación. Me explico.
Uno puede suponer que la densidad de una trama desarrollada en aproximadamente 600 páginas es difícil de adaptar con garantías a una película, máxime cuando el ritmo es clave en Los hombres que no amaban a las mujeres y donde realmente hay poco sitio para meter la tijera. Pero entiendo que la clave es la existencia del personaje de Lisbeth Salander. Sin desvelar absolutamente nada de la trama, es la mera presencia y presentación de este personaje la que va a asegurar el éxito, con independencia de que la trama esté más o menos atinada.
Esto es lo que por ejemplo le sucede a El código Da Vinci, que no tiene ningún personaje de interés, que son planos, que sólo pueden cautivarnos aparentemente a través de sus pensamientos en las novelas y sus digresiones, pero cuando los vemos de carne y hueso, comprobamos que lo único que nos interesa de ellos es la trama, y ellos son meros títeres. Eso no va a pasar con esta película, y estoy deseando ver lo que ha hecho con el personaje la actriz Noomi Rapace.
Cine de género nórdico, una apuesta más que interesante para este fin de semana.