De vez en cuando, aparece en cartelera una producción de gasto mínimo y atracción estúpida máxima. Este es el caso de Santiago Segura y Florentino Fernández, porque quién no quiere verlos haciendo el tonto en una aventura de heavys sin sentido...Pues hombre, hasta yo me siento curioso por el hecho de seguir en activo con esto de la actualidad de los seres más dicharacheros.
Sin embargo, como cine, lo siento, pero aquí no hay, se caerá de guión, se catastrofeará en actuaciones exageradas para ofrecer lo esperado y al fin servirá para pasar el rato. Nada más.