Uwe Boll se atreve con todo, y sin demasiados presupuestos de por medio. Si digo Alone in the dark casi todo el mundo se hace una ligera idea del cine que puede llegar a hacer. Entretenimiento puro y duro pero al menos decente. Y esto no cambia demasiado en la película que nos presenta, llenísima de estrellas y con una comparación en su ambiente de fantasía horrible, El Señor de los Anillos, pero en fin, ya lo sabrá él mismo.
Sinceramente me espero un mero discurso de cine sencillo, con mucho verde y toques de Robin Hood, príncipe de los ladrones, y las grandes películas de siempre, para disimular la carencia de esfectos especiales caros sumado a una angustiosa credibilidad del personaje central a base de ritmo y mucho peligro que al final claro, ni le provoca un rasguño. Jason Statham es ideal para esto. Ya le conocemos de sobra en films de éxito y acción como Crank, Transporter o aquella de Snatch, cerdos y diamantes.
Basada en el viedeojuego Dungeon Siege, es muy posible que tenga un público muy concreto por un lado, y por el otro la opción intermedia para la infancia no tan infantil, pero más allá de esta franja de edad no llama la atención demasiado. Incluso con el elenco de actores, Ray Liotta y Burt Reynolds siendo los dos elementos de mayor curisidad por mi parte, porque pueden llegar a ser los más ridículos de todos. El resto, en una película del 2007 que no ha tenido crédito en nuestra cartelera, lo forman Claire Forlani (próximamente en Hallam Foe y a la que la mayoría recordamos por bella o por ¿Conoces a Joe Black?), Ron Perlman incombustible últimamente, John-Rhys Davies, sí, el enano de la saga de Tolkien antes mencionada o Leelee Sobieski que no se desengancha de lo alto (próximamente en Public Enemies de Michael Mann).