Henry Selick parece el principal atrayente para acercarse a una película de 3D de alta definición, que se mueve en el terreno del cuento malvado para niños, siguiendo la estela del bestseller de Nail Gaiman, ya que su trayectoria no demasiado larga pero intensa así lo motiva. Atrás quedan Pesadilla antes de Navidad o James y el melocotón gigante por ejemplo.
Puede que tenga ese talento de aglutinar el nuevo soportar de sensaciones del niño moderno, no tan alterado como el de hace años con cualquier miedo, pero tampoco tan espebilado como para acojonarle directamente. Los dos mundos, el coste de la oscuridad en nuestras vidas, la confianza en la bondad o en la propia persona, serán valores que no se escapan de una realidad palpable, la de la psicología infantil llena de miedos ahora puede que presentados en pantalla con sencillez y sana manera. Recuerdo con esto la película Nocturna.
Así pues, sabiendo que puede que no siente a todos igual de bien, sí que puede ser una oferta más atrevida para los más pequeños, eso sí, ayudados de esos adultos atentos que no los dejan al libre abedrío dentro de las salas. Siempre necesiran ayuda con la oscuridad y los terrores.