Crítica de la película Lo mejor de Eva por Romulo

Mariano Barroso fue, con Éxtasis o Los lobos de Washington, una de las jóvenes promesas de nuestra cinematografía cuando ésta, parecía, quería abrirse a géneros no tan propios de nuestro cine. Cine fantástico (lanzadísimo Alex de la Iglesia), thriller (Urbizu, Barroso o más tarde Amenábar parecía con ganas de probar y experimentar) y otros géneros de esa índole, tan propios de tierras norteamericanas. Ese camino.

Luego, por algún motivo, la estrella de Barroso se fue apagando; Kasbah no es una película que suene a un porcentaje alto del público, y Hormigas en la boca (basada en la novela casi homónima de su hermano Miguel) no fue el regreso a la ficción que quizá muchos esperaban. Ahora han pasado siete años, y se enfrenta a un nuevo "regreso".

El problema que encuentro a lo que, de salida, parece que nos ofrece, es que nos encontramos ante un género que ya murió en los 90. Sí, en los 90, casi nada. Ese thriller aparentemente revirado y sinuoso, pretendidamente obtuso, y con una alta carga erótica. No es un género demasiado explotado en España (pese al propio Barroso y pese a otros pestiños ajenos como Al límite) pero, tanto da, el público español, asumámoslo, no sólo ve cine español. Ve Cine. Sin adjetivos. Y punto. Y lo que le ofrezcamos ya se lo sabe, o no, independientemente de su procedencia; no por ésto, no por su denominación de origen, va a perdonar defectos, errores o torpezas.

Aquí tendremos a Leonor Watling de investigadora honrada y a Miguel Ángel Silvestre de objeto sexual que la enreda, que la enmaraña en la tela de la araña. O eso es lo que parece o eso es lo que se vende. En definitiva, de partida todo nos suena a thiller erótico de los 90, de Análisis final a Instinto básico pasando por Sliver, Jade o tantas, tantas otras.

Ojo, ojalá me confunda y Barroso, que tan buena mano demostró para el thriller en sus primeros pasos, sepa buscarle otra vuelta al género, no sé cómo, no sé por dónde; pero ojalá pueda. De momento el material me suena a propuesta obsoleta.