Crítica de la película En la casa por Hypnos

François Ozon, director francés, vuelve a la carga con una nueva película de la que a estas alturas ya se puede decir se engloba entre su cine serio o de interés. Ozon es, sin duda, en mi opinión uno de los directores franceses actuales más interesantes.

No obstante lo anterior, como suele ser habitual en determinado tipo de directores, Ozon divide su obra en películas más ligeras, más de escape, y otras más comprometidas y que, generalmente, suelen ser más redondas.

Desde sus abigarrados inicios con Sitcom, film que se podría etiquetar de experimental y muy heredero de Pedro Almodóvar, de hecho Ozon siempre ha sido conocido como el Almodóvar francés, Ozon ha filmado grandes obras como pueden ser Gotas de agua sobre piedras calientes, Swimming Pool o 5x2 o Mi refugio, alternándolas con obras mucho más ligeras y más naif como 8 mujeres o como la anterior película a ésta: Potiche, mujeres al poder.

El cine de Ozon se ha caracterizado siempre por fuertes personajes femeninos y por historias en las que la homosexualidad está muy presente, sin dejar de lado los juegos con el metalenguaje cinematográfico, siendo un ejemplo claro de ello la película a la que anteriormente hacía referencia, Swimming Pool, y que parece ahondará más en esta película que estrena.

Por otro lado, incluso en la insulsa 8 femmes, un whodunit con demasiadas pretensiones, siempre ha abrazado el género del suspense, desde Los amantes criminales, a los trazos de puro misterio de Sous le sable, una vez más, Swimming Pool y que quizá había abandonado un poco en la última década.

Esta película de Ozon tiene aroma a obra reposada, a madurez, a no saber cómo ni por qué pero a de repente encontrar que el sitio llama a su corte a las cosas. De hecho, es fácil adelantar esto una vez ya se ha comprobado la carrera de éxito que lleva consigo esta película. Ni los más veteranos del lugar recuerdan una Concha de Oro no silbada y con pateo de la crítica como la de este año a esta película y que seguro veremos encumbrada en muchas de esas listas de mejores del año que tanto gustan hacer en estas fechas.

Como añadido, la película se basa en una obra de teatro de Juan Mayorga, El chico de la última fila, adaptada por el propio Ozon. Mayorga es uno de los dramaturgos más reputados de España, perteneciente a esa generación mal llamada, digo yo que como todas, Bradomín y que puede ser una perfecta ocasión para descubrir dos enormes artistas con una sola película.

Un reparto, como siempre, muy solvente y con dos grandes nombres femeninos: Kristin Scott-Thomas y Emanuelle Seigner.

Una delicia. Nos vemos en el cine.