Me he divertido con esta cinta de carácter alegre, totalmente dirigida hacia la risa y con un toque supremo de moral y superación personal, que funciona divinamente bajo la tutela de la mágica, y típica, historia del patito feo. Un panda que conecta enseguida con el público, en un comienzo bonito, que nos lleva poco a poco por el camino de la exageración eso sí, al entretenimiento total.
Como un cuento bien cerrado, sencillo y de típicas eclosiones de cultura china, lo importante es el simpático caer de chistes no demasiado malos, al revés, muy decentes, con una tortuga genial y un maestro digno de la mejor de las películas de Chevy Chase. Karate Kid como ejemplo absoluto, pero con la modernidad de un dibujo que permite mucho más realismo y dinamismo que nunca, el film es un torbellino a partir de la liberación del malo maloso, que se agradece, después de parones interesantes pero parones.
En definitiva, una película que me ha convencido, que no va más allá, pero que cumple con buenas creces lo que se espera de ella, y que además deja un poso de posibilidad con este tipo de films que con historias muy concretas como esta, pueden destacar y seguir alimentando a los pequeños, y a los grandes con autoridad.