Zac Efron es un ídolo juvenil. El guapo protagonista de High School Musical protagoniza este film, que hará las delicias de miles de quinceañeras, que suspiraran por sus encantos y saldrán llorando del cine repitiéndose unas a otras lo bueno que está. El resto de elementos que pueda comentar sobre esta cinta, no creo que tenga mayor relevancia, ya que estamos ante un producto por y para una pequeña parte del público. Pero ya que estamos en harina, comentaremos algo más.
Las comedias de Hollywood, está de capa caída. Escasean las buenas y originales ideas, así que se limitan a hacer batiburrillos de otras películas. Invertimos Big, cogemos algún concepto de Regreso al futuro (pero al revés también, no vayan a decir que copiamos), le ponemos ritmo de instituto al asunto, una cara bonita para que atraiga a las masas y ya tenemos la típica comedia americana para adolescentes. Repetitiva, cansina, previsible y con un final feliz.
Lo máximo a lo que puede aspirar esta película es a que no aburra mortalmente. Me es imposible animar a nadie a verla que no sea superfan de Zac Efron, que no digo que no sea majo el chaval, pero mucho ha de gustarte para gastarte los cuartos en la entrada del cine. El resto, abstenerse.