Tres años. Ése es el tiempo que hemos tenido que esperar para ver la tercera película de Sam Mendes. Esa peculiar prueba de fuego. Él mismo se ha puesto el listón muy alto con dos grandes películas. La primera de ellas, "American Beauty", una película que quizá con el tiempo vaya a menos; la segunda, "Camino a la Perdición", de un barroquismo visual que subyuga.
Finalmente se ha decidido por adaptar una novela escrita por un marine destinado a la Primera Guerra del Golfo. Lo curioso de esta guerra es que, si bien fue breve, ya ha dejado una colección de películas sobre ella, que, a la vez, no han sido nada del otro mundo, como por ejemplo: "Tres reyes" o "En honor a la verdad".
En estaspelículas se produce un cambio sustancial: de la jungla al desierto. Con toda la fuerza visual que se gana en el cambio. Peor lo cierto, como decía, es que no se había hecho ni proyectado la película definitiva sobre ese conflicto. Quizá porque el dramatismo es mucho menor que en la 2ª Guerra Mundial o en Vietnam, quizá porque lo que se necesita para mirar esa guerra es un prisma mucho más irónico, como el que por ejemplo mantuvo "Tres reyes".
Es por todo esto que, teniendo en cuenta todo lo que significó para rodar marines bajo el sol abrasador "Blach Hawk derribado", Sam Mendes ha sido el primer gran director en abordar el conflicto del Golfo. Y lo positivo es que ha parecido acertar de lleno con sus elementos: punto de vista visual, el de la propia novela; un buen ramillete de actores jóvenes y consagrados: Jake Gyllenhaal, Peter Sarsgaard, el ganador de un Óscar, Jamie Foxx; un buen fotógrafo con el que conseguir el concepto visual necesario, Roger Deakins, el habitual de los Coen, y, curiosamente, el director de fotografía de "En honor a la verdad", un punto de experiencia; y un montaje que se antoja fundamehtal en un relato escrito a vuelalápiz, Walter Murch, el montador de "Apocalypse Now", "K-19" o "El Padrino III".
El tapiz es maravilloso, y de un hilado de lo más inteligente, espor ello que a Mendes, desde su primera película, se le haya comparado con el gran Kubrick, la inteligencia suprema en el séptimo arte.
"La chaqueta metálica". Sí, es inevitable que me venga a la cabeza este título. Esquema: instrucción-conflicto. Dos películas en una.
Si alguien en algún momento de l película ve la analogía, lo pasará mal y no disfrutará de esta película, que está orquestada y compuesta en un tono menor. Y todo ello porque el transfondo es diferente. La guerra ya no es lo que era, y el heredero del cine de trinchera y escuadrilla es el de acción urbana, o el terrorista, pero nunca el de relato de la guerra moderna, y, menos aún, el de la Primera Guerra del Golfo.
Habrá que entrar en el juego de esta película, en su ligereza, y en su drama oculto, todo ello aderezado con una buena guindilla roja y un tono ácido. No jugar la partida con esta baraja, hará que no quede otro resultado que no sea la desazón.