El hombre cerilla es un título honesto. Se trata de una película parábola, imaginativa y llena de un espíritu fantástico acorde con una posible y necesaria refundación de aquel cine italiano que reposaba bajo la sombra de los olmos de principios de siglo y que tan bien se dejaba ver tras las cortinas de los cinemas paradisos. Chiarini Marco es su director y lleva a la gran pantalla esta su opera prima que seguro es una declaración de intenciones. ¿Un nuevo amanecer en el cine italiano? Ojalá, ojalá.
En estos casos se premian las intenciones, las circunstancias. Y se ve con mejores ojos el primer paso de un recién iniciado que las cojeras inevitables de los enviciados. Y por si fuera poco, en 2009 fue nominada a la mejor opera prima y efectos visuales en los Donatello italianos. Su carta de presentación es más que aceptable.
Recuerdo con especial cariño El milagro de P.Tinto y sus imborrables guiños de imaginación. Que esta cerilla prenda de la misma manera y que la llama dure, por lo menos, durante toda la película. Pequeña pero sincera, se cuela en nuestra cartelera sin intención de dar ninguna sorpresa y se conformará por lo menos con llegar al corazón de algún despistado o llamémosle de otra manera, espectador con fe.