En el reciente festival de San Sebastián pudimos ver Cinco minutos de gloria, una película
que trataba el conflicto de Irlanda del Norte desde otro punto de vista
diferente (por fin). Encontrarnos ahora con este título en cartelera que parece
caer en todos los tópicos del género, tanto narrativos como estéticos, es
descorazonador.
Basada en hechos reales, a partir de una novela
autobiográfica, la película se adentra en los entresijos de la banda
terrorista, con todos los personajes que ya conocemos de sobra. Los hemos visto
en buenas y malas películas, en cine irlandés, británico y también
estadounidense. Las calles, los atentados, los enfrentamientos policiales. La
directora, Kari Skogland, con su
curriculum de televisión, sólo promete hacerlo lo mejor que pueda, crear el
ambiente estándar, pero crearlo bien, aceptaré eso.
Seguramente nos sumergirá en tal corrección que la película
se convertirá en un aburrido transcurrir de thriller con brotes de acción. El
protagonista es un joven que empieza a estar de moda, Jim Sturgess. Lo hemos visto en películas con tirón como 21, Black Jack. Para aportar un poco de solidez, un
caracterizado Ben Kingsley que con
la directa puesta ofrecerá su papel de tipo importante y acartonado. No
hablamos de unos de sus grandes papeles.
Para quien no haya visto mucho cine del IRA, si es que
queda alguien.