Al principio de la película se nos presenta a la protagonista afectada de un mal físico. Un accidente que le ha dejado una fea cojera al tiempo que ha dañado algunas de sus capacidades mentales. Debe esforzarse para recuperar su normalidad y con ella su situación en el mundo. Sin embargo, pronto vamos viendo que si bien sus problemas son mentales, no se deben precisamente a una cuestión física. Se ha enfrentado cara a cara con la muerte y ahora, además, debe replantearse su vida desde los aspectos más básicos (hablar correctamente, por ejemplo). Esta nueva situación, esta tara, le da una perspectiva nueva desde la que es capaz de diferenciar lo que verdaderamente importa de lo que no; poner en duda las convenciones sociales.
Así que la película tiene dos caras.
Por un lado, es el drama de una mujer con problemas cerebrales
físicos -lo que la acerca a otra de las grandes películas españolas
del año, La herida. Por otro lado, es una historia sobre una
persona que busca liberarse de las cargas de una sociedad estancada.
La presión de la familia, incluso con la mejor de las intenciones;
la presión laboral; el miedo al cambio. Tenemos así un drama
personal y un retrato social. Sin posicionamientos, con personajes
complejos que dividirán al público. Solo una mirada equilibrada,
inteligente y lúcida a nuestro alrededor, para que nosotros, los
espectadores, hagamos nuestra propia reflexión.
Rodada con esa factura moderna y
elegante, que ya es marca del actual cine catalán. Con un tono de
drama alegre, o de comedia amarga, en la línea de algunas películas
de Woody Allen -especialmente notable en algún momento de Jazz. Mar
Coll se confirma en esta segunda película como una de las
directoras más interesantes del momento, con una carrera
prometedora. Nora Navas, la protagonista, se sale. Suele ser
habitual lucirse con un personaje con algún tipo de problema mental,
pero es que Navas lo completa con una interpretación absolutamente
natural, eliminando cualquier efectismo afectado propio de este tipo
de papeles. El goya a mejor actriz de este año va a estar calentito.
Esta es una historia cotidiana, de
cosas que ocurren a diario en cualquier lugar. Lo difícil es
conseguir que algo así nos haga reflexionar sobre cuestiones mucho
menos cotidianas, sobre cosas en las que no pensamos a menudo, en
parte porque no queremos, y aquí se consigue. Cuidado, porque aunque
parece una tragicomedia cotidiana inofensiva, puede hacer que nos
planteemos cosas que preferimos no remover, acerca de las verdades
sobre la que se cimienta nuestra vida.