Crítica de la película Epitaph por Iñaki Ortiz

La película tiene todas las convencionalidades del género, por supuesto hablo del terror japonés. Fantasmas, el tema favorito, escenas de críos sin rostro y cabezas que se caen del cuerpo. Escenas como la de la muerta emergiendo de la oscuridad y atrapando al chico es de libro, aunque sigue siendo espectacular. Lo mejor que se puede decir de esta utilización del género es que no falla en ningún momento. La factura es estupenda, y el suspense aunque tiene momentos bastante cómicos para un espectador del siglo XXI consigue arrancar más de un susto, siempre tramposo, que ya es bastante.

Lo que más me interesa de la película no es esto sino que su historia tiene bastante más contenido de lo habitual en este tipo de cine que suele resumirse en una simple colección de sustos sin demasiado sentido. Lo mejor es que aquí todo tiene un objetivo. Más que de fantasmas nos habla de traumas psicológicos de muchos de los personajes.

Especialmente interesante me parece la historia de la doctora que se cree doctor creyéndose doctora. Esa vuelta de tuerca de Psicosis (incluso la banda sonora homenaje a la película) que nos habla, en parte de los traumas de la guerra. La venganza hacia los soldados y finalmente la venganza desbocada hacia la sociedad. Lo cierto es que da un poco igual si hay fantasmas o no en la película, como explican en la propia trama, puede estar ocasionado por la propia mente.

En cuanto a homenajes musicales, también se oye alguno que otro hacia El exorcista, aunque de este film sólo podamos encontrar esos rostros diabólicos.

Me gusta que el film juegue a experimentar, por ejemplo con esa sobredosis de luz roja que aparece a veces sobre la imagen como si fuera un error. Los planos son atrevidos e interesantes y, como no, muy vistosos.

Lástima que en muchos momentos sea cómica y que la integración de las historias no funciones precisamente como un reloj. Siempre está bien que vuelvan atrás en el tiempo, pero tiene que ser por un motivo, aquí se hace un poco por hacer.

Un film de género que no está de más ver.