Pues bien, esta precrítica tiene el objetivo de llamar la atención sobre ella para que puedan descubrirla y admirarla directamente en el cine. Se trata de la nueva película de Héctor Babenco, un veterano director brasileño que ha ya realizado películas norteamericanas: Jugando en los campos del Señor, o la adaptación de El beso de la mujer araña. Por tanto, un director sólido que gusta de rodar historias duras y dramáticas, pero siempre muy sucias. Como sucia será Carandiru, una historia, parece ser que real, ambientada en una prisión brasileña, donde el espectador se topará con dosis de violencia, de la de verdad, de la dura, no de esa de hemoglobina.
De los actores poco hay que resaltar, ya que todos se tratan de actores brasileños, con mucha experiencia ya a sus espaldas, pero, sobre todo, en cine y televisión brasileña, salvo alguna aparición no muy afortunada de, por ejemplo, Rodrigo Santoro en la segunda parte de Los Ángeles de Charlie, o Milton Gonçalves en Kickboxer 3.
Este film pasó por el Festival de Cannes, obteniendo una buena acogida, y, probando que el cine brasileño actual está en muy buena forma, y que no sólo es Ciudad de Dios como algunos creen.
Para los amantes de historias duras y cine valiente, anímense a comprar una localidad, con la ventaja incluida, de no tener que soportar grandes masas para ello.