Este es el primer trabajo de peso de Pavel Giroud, hasta ahora responsable de varios trabajos de pequeña factura en su Cuba: algún film documental y alguna que otra realización compartida. Películas de escasísima repercusión.
Sin embargo, con esta La edad de la peseta ya ha sido visto, por ejemplo, en Toronto, donde gustó mucho. Se volvió sin premio, pero con recortes de muy buenas críticas bien guardaditos en el bolsillo.
No será sólo Toronto. Giroud va a ser visto en España, y eso es en parte gracias a haber podido contar con Mercedes Sampietro, esa grandísima actriz a la que, ahora, así a botepronto, recuerdo en Lugares comunes. Repito, una grandísima actriz. Una garantía. Un disfrute.
Como decía, y hablando de garantías, su presencia en la película es lo que garantiza su distribución en España, aunque, eso sí, será una distribución mínima, cortita en todo. Tendremos muy difícil el poder verla.
Por lo demás, la película se apoyará en su inicio en su adolescente protagonista, con toda la atención que le sea posible, para descansar ya más tranquila en ella, en Mercedes Sampietro, cuando ella por fin entre en la historia. Por este lado no habrá problema. Habrá que ver cómo nos construyen al chaval, que al fin y al cabo, es quien debe llevar el peso. Él y quien le perfila.
Él es quien está en esa edad de la peseta, y sobre él es sobre quien se habla. Ahí estará la pelea.