No voy a negar que Lake Tahoe, segundo largometraje de Fernando Eimbcke, está en mi lista de películas a ver en el Festival de San Sebastián porque tenía un hueco en el horario y decidí rellenarlo con algo de la sección de Perlas de otros festivales. Las "perlas" pueden asegurarte el no ver una película totalmente prescindible... casi siempre. Pero a veces tragas con una de esas películas que no dan concesiones al espectador, que nunca triunfarían en una cartelera y que han sido concebidas por y para los festivales.
No creo que sea el caso de la película que nos ocupa. Al parecer estamos ante una película coral (la inclusión de varios protagonistas suele suponer ritmo e historia amena), que sólo dura 81 minutos y llena de humor absurdo.
Como digo, se trata de una mezcla realmente interesante, cuyo único peligro es que se trate de un acercamiento excesivamente "festivalero".
Esperemos que no sea así.