Crítica de la película Krabat y el molino del diablo por William Munny

De una leyenda alemana de siempre Otfried Preussler crea un libro titulado Krabat (el añadido al título lo pone nuestro idioma), tratando de recoger el espíritu aventurero, oscurantista y mágico de una historia que encandilará a los más jóvenes bajo el sello de la lectura. Ahora, cuando el cine alemán cada vez invierte más en produccione de embergadura, transforman todo esto en película.

Me da buena espina por la ambientación, por el tono y por los actores, con una trama dura, para esas personas que ni son mayores ni son pequeños, sino que viven aún en un submundo del cine en donde ya no tienen demasiado cobijo porque no hay alternativas. El cinejuvenil tiene en este representante un genial intento de ofrecer algo nuevo y con valor, lejos de las patrañas de Hollywood que casi siempre se ofertan.

Por tanto hay que tener en cuenta su carácter, su personalidad y su objetivo, si lo hacemos con Harry Potter, deberíamos hacerlo con esto, una agradecida buena intención que encima parece tener fuerza. Dos conocidos jóvenes detrás, Daniel Brhül (de joven tiene ya poco, y experimentado, su último gran papel en Malditos bastardos) y David Kross al que recordamos perfectamente por The reader.