Aunque se muestra algo extraña en el comienzo, y con esto no la acuso de nada malo, y los movimientos de cámara son menores de los que yo esperaba, incluso sin ellos en muchas secuencias, esto no es motivo para no dar una muy buena puntuación medida a una película que explora bien y con entereza visual y de guión.
La sombra de lo que me atrapaba a mí, esos actores que se muestran nuevos, no ha sido tan alta como esperaba, Damond justo, no sé, pero decente, Di Caprio una gran sorpresa y muy elegante en su papel, del resto, destacar a Nicholson en su línea pero con nuevos matices que mencionar. Un lujo de dirección de actores, porque hasta los que menos salen están muy bien.
De nuevo con búsqueda del pasado, con historias familiares, y gansterismo duro y capaz, Scorsese nos mete en una historia poco a poco hasta atraparnos, y aunque pudiera ser que ese dale y toma de llamaditas e infiltrados se pudiera agotar, en absoluto, renace y se crece para liar más la manta con credibilidad e historia de amor por encima. Un guión con paso firme, que se mueve sibilinamente para ofrecernos lo mejor del mismo.
Muchas escenas son potentes y directas, las conversaciones, los egos, y los mil rostros se llevan bien con un barrio dejado y triste que sólo quiere sobrevivir a las circunstancias de una delincuencia más moderna, que se muestra con toques de melancolía del crimen.
Este toque de nueva era, acentúa aún mejor el film, lo deja en manos de un público que consensuando bien la trama se muestra grato por el esfuerzo de la distinción, se sienta cómodo y disfruta no tanto ya de la batalla de encuadres sino de la propia cara de la historia, retorcida, colocada y frenada pero con el thriller en estado puro como objetivo. Muy bien.