Eso creo que encontraré en la última película de Nicole Kidman, una personalidad propia y marcada en su estilo y en sus intenciones, una cinta que, entre otras cosas, también promete una extraña y marcianísima premisa argumental. Reconozco que este elemento es uno de los que más me atrae del film, pero a su vez es, también, el que más me asusta. Los que ya la han visto (creo recordar que Hypnos es uno de ellos) sabrán si el escabroso tema en cuestión está bien llevado o no... pero de momento mi fascinación y mi miedo comparten espacio.
Y debo ser sincero al 100% con mis lectores (ignoro cuántos y cuan atentos...): El otro elemento que me imanta a ver BIRTH, antes o después, es ella. Nicole. La Kidman. Esa gran actriz, esa gran mujer, esa gran belleza. Ahora quizás todavía más bella y sorprendente con ese pelo cortito, castaño, que permite lucir mejor sus rasgos. Y ahora quizás más protagonista que nunca, aguantando el peso de todas y cada una de las escenas de su (su) película.
Si tuviera que hacer la precrítica del trabajo de Nicole Kidman, no dudaría en iluminar las 5 estrellas. Pero debo juzgar el trabajo de un equipo completo, de un producto (espero) compacto. Ilumino cuatro porque, en mi, el miedo comparte espacio con la fascinación.