Crítica de la película Submarino por William Munny

Personas a flote


4/5
28/02/2011

Crítica de Submarino
por William Munny



Carátula de la película Submarino es una especie de puñetazo en la mesa que reivindica la fuerza de las historias fuertes y duras con personajes ahogados y rotos. La vida, en todas sus formas y maneras pero desde el prisma más negativo, es el personaje principal, jugando con el concepto del perdón, el auto-perdón, y la imposibilidad de ser como somos, con la contradicción como guarda jurado eterno.


Las líneas maestras de la película, los dos hermanos, sugieren y hacen pensar, muestran y hacen agradecer los minutos por mucho que los silencios se acaben hasta por mostrar largos. Dos modalidades de vida, dos maneras de negar el sufrimiento y la culpabilidad. Se trata de cine duro, que rasga aunque es verdad que con tintes de comercialidad, siempre atenta la película para con el espectador, lo suficientemente atenta como para no perderlo con excesivas divagaciones.


Submarino no es tan redonda y perfecta como pudiera parecer pero está redondeada. En el baile de sus minutos uno está a favor y en contra, sopesa las situaciones y comparte frustraciones en una simpatía propia del comercio de las salas pero también, se muestra reacio a abandonar su mecer de tristeza consciente de ver mucho cierto en los minutos. La película es una buena opción triste y fuerte pero no por ello fácil de abandonar. Acercarse a su historia y a la manera de llevarla es estar pendiente de un hilo que no se rompe pero lo puede hacer perfectamente. La delgada línea no es sobrepasada más que por los personajes, únicos con la capacidad de hacerlo, y en ese momento, su guión se crece y nos cautiva bajo la perdida mirada de un protagonista que sonríe mientras llora.




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