El cine de Marc Rechà, como ya vimos en la entrevista en precriticas, es un muy personal, que busca, que no le importa transformarse a sí mismo tratando de contar las historias con un duelo en pantalla, el arte y la profundidad. De vez en cuando este duelo deja a un lado a un tipo de espectador que piensa más en las palomitas. Aquí no tiene demasiado hueco, Petit Indi no es una excepción.
Con todo esto no quiero ni por asomo hablar de una película aburrida o lenta, en absoluto, hablo de una fábula contada como una fábula. Contada con la tranquilidad que requiere el proyecto alrededor de un adolescente, alrededor de los personajes de cualquier cuento con animales dispuestos a hacernos reflexionar. Si el chaval es el centro de atención, nosotros por adultos no vamos a dejar de serlos, habrá que estar atentos por si con esta historia encontramos alguna parte de nosotros mismos.
Se trata de un film que nos mecerá pero a su ritmo, con sus cosas, y nosotros participaremos en casi todo el film, pero sin darnos cuenta, al igual que ese zorrito del cartel que parece acabar de enterarse que el chaval está a su cargo. Excelente trabajo en general con Eduardo Noriega como estrella de alturas invitada. Buena intención, en un fil muy redondo de un director que va a más, que tiene una filmografía extensa a su edad, y que crecerá poco a poco como nuestro ahora Petit Indi.