Rozando el larguero, por poco, pero a mí el resultado final me ha merecido una buena nota, porque cuando está a punto de desmadrarse se tranquiliza y no deja demasiadas lágrimas al son de la música, porque nunca ha sido demasiado sencillo rodar a dos atrapados en los escombros y lo hace muy decente, porque las epopeyas de héroes están más o menos templadas y con corrección, evitando justamente a lo que tenía miedo, sobredimensionar los sentimientos.
Con un comienzo a mi entender muy bueno, mostrando la tangente de la situación poco a poco, jugando con lo ya conocido del espectador y espectante hasta que sucede lo que centra la película en los dos policías, muy bien llevados, Nicolas en su lugar. Demasiada lucha familiar, para mí, sí, demasiado esperar y esperar, sí, pero es que así fue y bastante bien disimulado está para que la película fluya.
Podría haber sido mucho más, podría, pero Stone se centra en la historia de los dos policías que no es poco, y no los abandona por la catástrofe, ellos son una catástrofe, a pesar de quedarse bien agusto con muchos detalles que enriquecen la película desde el punto de vista de los archiconocidos hechos. Portentosa sombra del avión, por ejemplo. El mensajito final, quizás un poco de más aunque sea bonito cuanto se dice.