Aunque no estoy de acuerdo con la nueva versión de los azules, demasiado inteligentes para ser los verdaderos, demasiado estúpidos para serlo, lo que es realmente lamentable es Gargamel, algo lejos del resto del film de una manera acuciantemente evidente, supongo que para los guionistas también.
Supongo que la obligación de sensiblería baja, utilizando a una embarazada y a un futuro padre con dudas, tenía que sobresalir en un viaje a la gran manzana un tanto forzado y de croma caro, pero que encima no encuentren mejor manera de hacer coincidir el tremendo duelo entre el brujo y los pitufeadores, da claras pistas sobre el talento detrás del film.
Los billetes habrán resonado, los niños se habrán sonreído en miles de recreos, pero un nuevo mito, un nuevo mundo construido con cabeza e imaginación, ha sido mancillado y destrozado en pantalla, qué se le va a hacer…