La verdad es que hay que decir muy poco sobre esta película. Se supone que una postcrítica está dirigida al lector que ya ha visto la película y si es así, el lector ya sabe perfectamente lo que ha sido esto, y no creo que haya discusión, como dice Beiger, un video casero hecho con dos duros, y esto no es un insulto, es que es así.
Ittenbach no tiene dinero para rodar la película “de verdad”, por lo que tiene que contentarse con explicar todo a partir de diálogos rodados en su propia casa e interpretados por su mujer. Elegir a su esposa para la actriz principal no es un gesto de su amor por ella, es simplemente una necesidad.
La película tiene una trama complicadísima que sólo se resuelve, como digo, por diálogos de los personajes. Si al menos fuera en forma de arte y ensayo, pero no, simplemente vemos conversaciones pésimamente montadas en las que se cuentan cosas. De vez en cuando vemos escenas de esa cocina en la que parece que le han dejado rodar unas horas y del maizal que sirve para la elaboración del trailer. Todo ello, con una calidad de imagen de videoaficionado.
Además hay que incluir una serie de planos de calle en EEUU para intentar fingir que la película se desarrolla ahí –una mención a la frontera de Méjico ayudará después- y veremos como Olaf y su mujer, además de algún cámara (aunque no me extrañaría que en la escena en la que él hace un cameo hubiera grabado algún espontáneo) se van de vacaciones a América, seguramente alojándose en algún hostal de mala muerte mientras ruedan planos de exteriores sin actores. Todo por venderla allí.
Luego, de vez en cuando, algunas sesiones de tortura y vísceras sin sentido, que viene a ser la justificación de la realización de estas películas, que de otra manera no tendrían cabida en ningún otro festival. En fin, un relleno que se proyecta a las tres de la madrugada en la semana de terror y posiblemente en alguna televisión por cable americana. Cualquier beneficio que consiga el film será un éxito económico.
Hecha sin dinero y sin talento. No sabría precisar de qué hay menos.