No hay más historia. Se ventila rápido esta postcrítica porque Johnnie To no ha llegado a nada.
Quería hacer un noir francés, o incluso un polar, aquel tipo de post-noir francés que popularizaron Delon o Belmondo cuando ya empezaban a estar más talluditos. Delon ya rechazó el protagonista de este film, así que la cosa recayó en manos del cara-cartón de Johnny Halliday, que aporta poco más que esa vidriosa mirada azul. Que no es poco.
El problema es que Vengeance no es para nada negra, intensa. No es creíble. No conlleva ninguna turbulencia en su viaje, tan suave, tan inapropiadamente suave. Hay incluso cierto distanciamiento por parte de To respecto a la acción, y por supuesto no esperemos encontrar personajes.
Alguna que otra escena de acción funciona, la introducción tiene fuerza, y To hace sus cositas con la cámara. Pero nos da tan igual lo que suceda, al final, que las secuencias de presunta tensión y acción acaban por no tener chicha ni interés.
Pasable.