Crítica de la película Persepolis por William Munny

Inevitablemente, la política de unos pocos, es el centro de las miradas principales en el primer momento al acercarse al film, y es razonable, la comparación del fundamentalismo con el mundo occidental, ese es el viaje, y esto no tiene retorno, después hay preferencias, o al menos las que pretendan estos directores que tenga su protagonista, y la que elijamos cada uno de los pensadores de imágenes con sonido. Y sino que se lo cuenten al Festival de Cannes 2007.

Pero no es de política de lo que quiero hablar, sino de la sorpresa de la presencia de este film entre todos nosotros. Marjane Satrapi es la principal culpable, en el mejor sentido de la palabra, ya que la autobiografía de los sucesos que ella experimentó fueron trasladados a un cómic que ahora es película. Vincent Paronnaud le acompaña con sus conocimientos técnicos para reflejar los matices de una historia que puede desnudar aún más circunstancias que aún aquí se nos escapan.

La calidad es indiscutible, formato distinto, en un dibujo en blanco y negro que no desquiciará por lo novedoso, con una perseverancia en el dibujo sencillo que resultará simple de digerir, y con una banda sonora nada despreciable para los descansos de unos diálogos, que como suele suceder en el cómic cuando quiere intimar, resulta duro y fuerte a la vez que ligero en su forma.

Me huele a gran película, que esconde capacidad de llegada al público, singularidad de sobra, y más aún, tema de fondo, razonamientos que perseguirán al espectador aunque se esconda. Espero que me guste este dulce análisis.