Voy a atreverme a lanzar un codiciado 4 a este film en realidad, y por los pelos, por auténtico aprecio a la película. No es el no va más, no revienta conceptos estéticos ni siquiera de movimientos de cámara, pero en general, a grandes rasgos y salvo la música demasiado cernada a psicosis, despierta un sabor de cine interesante, directo, desarrollado y curioso.
Ya sé que lo que es la temática ya es de sobra conocida, que la interpretación se deja llevar por el aspecto de Reznik, y que algunos personajes como el de la camarera (Aitana Sánchez Gijón) incluso sobran, pero en los posos de la película me queda un sabor de aplauso, un sabor de buena dirección, de buen camino recorrido, de no perderse, de no dejar caer las cosas con la prisa de una necesidad de público.
Algo tiene este film que me ha gustado. Son muchos minutos de protagonista, y al final reza ese "solo quiero dormir" que para nada siento tras terminar la película, es un "solo quiero dormir" de labor bien cumplida.