Un cuatro altísimo. Y que no me venga nadie diciendo que cuando vemos una peli española digna, parezca que acabemos de descubrir el fuego. Es una de las mejores películas sobre casas encantadas que he visto, por su cuidado en los detalles, por esa tensión que me erizaba el vello y por esos cuatro sustos bien dados en los que he saltado en la butaca.
Claro está, que para los que no les gusten este género, les parecerá otra cinta de fantasmas más. Y no los culpo, porque siempre hay determinados elementos que siempre aparecen en estos títulos: puertas que se cierran solas, ruidos en el techo, la mítica sensión de espiritismo y los secretos que oculta la casa. En los demás géneros del cine nunca se repiten premisas, ¿verdad? Y ahora que venga alguien y me diga que de verdad sabían que el niño llevaba muerto toda la peli en el sótano.
Lo que la hace especial, es que en esta ocasión, se juega de un modo distinto. Como dice el personaje de Geraldine Chaplin, no debes ver para creer, si no que debes creer para ver. ¿Hasta qué punto los fantasmas de la casa existen de verdad?, ¿hasta qué punto Belén Rueda no sueña una vez muerta?, ¿qué hay tras dejar este mundo? Todo tiene su explicación lógica bajo los dos prismas, creas o no en la historia paranormal. Como pasaba en El laberinto del fauno, se juega con una cierta ambiegüedad de los hechos, para que tú mismo elijas la que mas te guste o convenga.
Al niño ya te lo han puesto con antecedentes de una infinita imaginación. El juego del tesoro, ya bien sea idea suya o de los espíritus, me ha parecido estupendamente mágica, con un estilo videojuego de plataformas. El personaje de Belén Rueda, dicho sea de paso está magnífica, solo empieza a ver cosas extrañas en el momento que no tiene más dónde aferrarse. Puede que por eso empiece a percibir mas cosas o solo sean imaginaciones suyas. Preciosa esa comparación con la Wendy de Peter Pan, al recrear una vez muerta la fantasía de su hijo de que viajara con ella al País de Nunca Jamás. Él nunca envejecerá ya.
Ese final con esos breves flashbacks explicativos no se convierten en una larga explicación para bobos, si bien hay algo aquí que no me he quedado claro del todo.Si el niño muere al caerse de lo alto de la escalera a los pocos minutos de que se haya quedado encerrado (recordemos que aún llevaba el saco en la cabeza), ¿por qué nos vuelven a enseñar los golpes que oye su madre esa misma noche?
Los momentos con la anciana Benigna, tanto en en cobertizo, como en su atropello, me han parecido sublimes, porque seguían atados a la realidad, sin ningún espíritu de por medio, pero creando una tensión atroz.
¿Por qué no un cinco? Pues por lo mismo que la defiendo, porque el rollo casa encantada está muy visto ya y difícil es no predecir que va a pasar después, pero aún con eso, sigo diciendo que tiene un aire diferente y como recalcaba en mi precrítica, un romanticismo barroco oculto en sus entrañas que bien hubieran deseado muchas producciones americanas para sí.
Así que apuntaremos los nombre de Juan Antonio Bayona y Sergio G. Sánchez, que como director y guionista respectivamante, me han introducido en otro mundo y conseguido jugar con mi mente sin ofenderme. Muy bien.