James L. Brooks cuenta en su filmografía con datos tan esperanzadores que he sentido el deber moral de darle las tres estrellas, aunque con el significado de un aprobado justito, y es que aunque sea un asco generalizar, le tengo tirria a la comedia romántica americana. Director de películas como Mejor...imposible, La fuerza del cariño o Al filo de la noticia y guionista de Los Simpson, este realizador merece por lo menos que no tire a la basura directamente esta historia sobre el amor y el miedo al paso del tiempo, que mucho me temo que frivolizará más que profundizará en cuestiones tan peliagudas. Lo siento, es que cuando uno se entera de la trama no puede evitar acordarse de la saga Crepúsculo y empezar a temblar, aunque bien es cierto que por lo menos no tiene pintas de estar destinada al público juvenil.
Un reparto atractivo podrá convencer a los que estén todavía en duda. Reese Witherspoon (Expediente Anwar) protagoniza junto a Owen Wilson (No tan duro de pelar) y Paul Rudd (La cena de los idiotas), sin contar con la inestimable aparición de Jack Nicholson que no se prodiga últimamente demasiado por las pantallas.
En resumen, una comedia para pasar el rato, actual pero pese a la trama, algo superficial. No se si el genio de Brooks podrá rascar algo más allá de eso.