Que Tsukamoto es un director cuanto menos polémico no es nada nuevo para todos aquellos que conozca Tetsuo, junto a su secuela único film de este autor japonés editado en nuestro país. Director, actor, guionista, director de fotografía, director de arte y fundador de Kaijyu Theater, Shinya Tsukamoto es un autentico todo terreno comparado en más de una ocasión con el director David Lynch.
Vamos a encontrarnos con una película de sueños, detectives, suicidios y ambientes malsanos tópicos de la obra de Tsukamoto que sin duda encandilarán a todos los amantes del cine de este director -y sabemos de buena tinta que en La Semana los hay- aunque hay que decir que, a pesar de la idea preconcebida de Tsukamoto como un director centrado exclusivamente en el cine Ciberpunk, una de sus virtudes más loables es la de ser un director versátil. Así pues, que todos los que esperen un film predecible dentro de la originalidad imperante en el cine fantástico japonés estén sobre aviso. Desde el punto de vista técnico, nos hallaremos ante una espectacular fotografía como viene siendo habitual en las obras de este director.
El cine nipón, atrapado en sus propios convencionalismos y defectos pero imbuido en la reciente fijación de los occidentales por el cine asiático, pasa por ser un género que muchas veces el espectador deja por imposible. Nutrido de historias cuanto menos estrambóticas, argumentos que beben de fuentes como los videojuegos, el anime ultraviolento y la cultura del J-Pop, el cine de autor japonés encuentra en algunos directores como Tsukamoto una originalidad y un buen hacer inusitados. Curiosamente, la idea del film parece compartir algo con el argumento del film de su compatriota Satoshi Kon, Paprika. Sin embargo, no cabe duda de que las ideas de Tsukamoto discurren por caminos bastante más macabros que los de Kon. Una buena oportunidad para descubrir a uno de los realizadores más interesantes de las últimas décadas.