El festival de Sitges de este año cuenta con uno de los más ilustres directores de cine de terror: John Carpenter. Una auténtica leyenda que se había semiretirado de las labores de dirección tras Fantasmas de Marte, y que se había estado divirtiendo con un par de capitulillos de Masters of horror que, por cierto, no están nada mal.
A Carpenter se le acusa, con razón, de hacer siempre la misma película y de no haberse adaptado a los tiempos modernos. Yo soy un gran fan suyo pero tengo que admitir que son verdad ambas afirmaciones. Hay algo en el saber hacer de Carpenter que está ligado a los efectos animatronic y que no funciona igual con los efectos digitales. No es al único que le pasa. Y es cierto también, que repite una y otra vez el género de "agazapado con armas". Le encantan las películas donde los protagonistas - a poder ser mezclando buenos y malos - se ven encerrados por algún motivo, y tienen que enfrentarse a un peligro exterior que les acecha.
Parecer se que la leyenda vuelve con intención de sorprendernos. No quiere repetirse y busca esta vez una historia de suspense algo más intimista que sus habituales orgías de violencia - bendita violencia - y tiros. Además, se ha plegado claramente a las nuevas tendencias y contará con unos buenos efectos digitales.
Un producto bien calculado para tiempos de crísis. Sus inversores obtendrán una buena taquilla por contar con su nombre, y él puede seguir dirigiendo sin pegarse un gran batacazo.
Yo la veré seguro, sea como sea la película... es Carpenter.