La Terminal me suena a cine de los 80 capacitado para subir de nivel. Que a estas alturas quiera ser el más original de todos y encima se nutra de algunos grandes para no caer al menos en taquilla es digno de un tipo que no quiere asumir que lo que le gusta y sabe hacer bien sin cansarse resulta ya obsoleto y el público no secunda.
Es un gran director pero sus preferencias ya no valen, ya cansan, ya vale, ya no es tiempo de querer ser el héroe si no tienes ni siquiera un motivo en forma de princesa para rescatar. Hasta la Lista de Schindler las cosas le fueron bien pero las necesidades cambiaron y para ganar un Óscar y ser respetado tuvo que vestir de rojo a una niña que le salió redonda, después ayudado por guiones de otros, intentando atrapar si podía el nuevo mundo en forma de DiCaprios. Ahora viene con estas. Para hacer esta película hay 50.000, eso sí, como él no la va a dirigir nadie, me gusta su cámara e incluso en esta podamos ver un record en el final más largo y sin sentido fuera de la búsqueda del llanto.