Película francesa. Director semidesconocido con un largo y dos cortos en su haber, y sin premios reconocidos. Se llama Martial Fougeron. Guión compartido con la debutante Florence Eliakim.
Con esta entrada de telegrama quiero decir que el cine francés siempre esconde grandes sorpresas y grandes fracasos. Quizá su mayor problema pueda ser su proclividad a la pedantería. Pero nunca les niego su gusto por indagar en las relaciones sociales y mentales complejas. Una familia a los ojos del cine francés es una bomba de relojería. Y eso me gusta.
Esta película me parece que destilará un licor de fuerte graduación que nos aprisionará el pecho ante situaciones no cotidianas vestidas de ropas cotidianas. La familia que veremos en pantalla nunca la reconoceremos en el compañero de butaca, pero sus motivaciones y sus obsesiones nos aguardarán en el fondo de nuestras conciencias y nuestras habitaciones más oscuras.
Esa manera de contar, de conectar, me chifla de los franceses. Hay algunos que lo hacen bien, hay otros que te ahogan en pedantería. Yo creo que la pedantería de esta película estará en los niveles máximos permitidos por el doctor de las cuatro estrellas.
¡Ojo! Un plantel estelar interesante:Nathalie Baye ("La flor del mal"), Emmanuelle Riva ("Venus, salón de belleza"), Marie Kremer ("Caché") u Olivier Gourmet ("El niño").