No puedo negar que la conexión entre Mark Ruffalo (Ya no somos dos o Zodiac entre otras) y Reese Whitherspoon (Una rubia muy legal o En la cuerda floja entre otras) es medianamente decente, o al menos en esta película casan bien, con el aire bonachón que la película quiere mostrar, pero más allá, el film es un caer de situaciones más que tontas con mucha licencia a la casualidad y la sensatez.
El juego de los fantasmas, su falta de memoria, la eterna paciencia poco asustadiza de él y el carácter desprotegido de todos los secundarios, dan al traste con cualquier situación que pudiera ser seria. Además de esto, la noñería se traslada al mejor lugar de la cinta para hacernos pasar por la desesperación de un enamorado que al final se siente triste para siempre.
Alguna casualidad para disculpar lo indisculpable y mucho aparecer juntos en pantalla. El amor como solución, el amor como batalla de este mundo, el amor como remedio para tardes perdidas donde alquilar esta cinta.