Pequeña Miss Sunshine es una película de esas difícil de valorar olvidando lo que te ha producido al salir del cine. Al salir de ver Pequeña Miss Sunshine tienes esa sensación de satisfacción que tan rara vez se da en el cine. Estás eufórico. Has pasado un rato realmente bueno riéndote a mandíbula batiente y el resto te da igual.
Y que el resto te dé igual puede ser un problema a la hora de hacer una crítica de cine. Porque "el resto" resulta que es la propia película.
Pues bien, la película la hemos visto mil veces. Como ya definía en la precrítica, se trata de una de esas road movies donde unos personajes heterogéneos entre si, emprenden un viaje tanto físico como vital. Al final todos habrán aprendido algo. Por en medio, las relaciones entre personajes tan caricaturescos y diferentes crean situaciones de conflicto entre ellos hilarantes. Por supuesto, como toda película independiente de éste tipo, esconde (aunque no mucho) una crítica a la sociedad americana y a sus usos y costumbres.
No podría dar una gran valoración a una película que se ha hecho mil veces y en la que todo es bastante previsible.... pero es que me lo he pasado muy bien. Y para mí eso merece un premio.