Así como al principio mantiene el tipo en forma de documental, a raíz del accidente los acontecimientos se tercian hacia lo previsible y poco meritorio de un personaje muy justo de actuación que idea planes poco fiables para acabar con unos tipos que muestran un arquetipo demasiado simplón.
Las investigaciones del detective, son fraudulentas hasta desenmascararse poco a poco en un juego de maleficios digitales que poco contribuyen a la trama final.
Un malo sobreactuado y una escena final muy pobre contribuyen a la decadencia de la cinta que no tiene posibilidades.