La premisa argumental (que como norma
inquebrantable de esta web, no desvelaré en una precrítica), es
suficientemente enrevesado como para que derive en dos posibles
resultados: ciencia ficción de culto o una estúpida película de
ciencia - acción de Hollywood. Dos escenarios que desgraciadamente
están demasiado cerca el uno del otro.
El futuro, viajes en el tiempo y un
enredo delictivo que no tiene ni pies ni cabeza. Aunque no le ha
importado hasta ahora a su director, Rian Johnson, partir del
disparate. En su primera película, Brick, el director jugaba
a representar un noir al más puro estilo clásico, pero ambientado
artificialmente en un instituto. Aceptando el disparate, la película
resulta de lo más refrescante. En su segundo trabajo, Los
hermanos bloom, el surrealismo campaba aún más a sus anchas, y
quizá era un poco fallida en su conjunto, pero con todo, era un buen
intento. Ahora, para su tercera película parte de una idea extraña,
bastante cogida con pinzas y lo convierte en un film de acción
futurista que, no me sorprendería, podría tener una carga
interesante de neonoir también. Seguramente expresiva y muy crecida
visualmente.
Pero vayamos al reparto. Su
protagonista repite después de Brick: Joseph
Gordon-Levitt, quien a mi modo de ver es uno de los
jóvenes actores más interesantes del momento. Al otro lado de la
paradoja temporal, el mismísimo Bruce Willis, una estrella
capaz de trabajar en mediocres películas de acción como apostar por
las mejores películas de algunos de los grandes cineastas. Confiemos
en que haya visto un valor en el proyecto de Johnson. Podremos ver
también a Jeff Daniels y al joven Paul Dano, otra
promesa interesante.
En todo caso, una de las películas a
tener en cuenta para este año. Se estrenará en EEUU en Septiembre,
veremos cuando la tenemos aquí.