Quizá mientras vemos esta película tenemos esa sensación desagradable de preferir mirar para otro lado, y sin duda eso es lo que hace de esta una película interesante y sobre todo necesaria. Dura y compleja, se nos presenta esta película de Martial Fougeron (sin demasiados trabajos anteriores) que nos hablará de la familia y no precisamente del aspecto más alegre.
Cine de autor, con toque Haneke diría yo, de estudio psicológico y de remover ciertos aspectos ocultos. Con un estilo de filmación muy europeo y relativamente moderno sin exageraciones. Se trata de una coproducción entre Bélgica y Francia.
Una buena oportunidad de ver una película seria, con contenido al servicio del cine pero a la vez con concepción social, que no crítica social. Seguramente actores sobrios y resultados adecuados.