Una tragicomedia con Drew Barrymore no es mi ideal de película, pero tampoco vamos a sacrificar a esta actriz porque acostumbre a moverse entre la bazofia como 50 primeras citas o Tú la letra y yo la música. De vez en cuando, muy de vez en cuando, nos sorprende embarcándose en proyectos de la talla de Confesiones de una mente peligrosa o Donnie Darko. Bien, en cualquier caso es un contra.
Lo bueno es que, en esta ocasión, su compañero de reparto es el interesante Eric Bana, un tipo que no está acostumbrado precisamente a las comedias tontas. Complejo en Munich, elegante en Troya, emocional en Hulk, sorprendente en Chopper… Uno de los mejores actores de su generación.
De Robert Downey Jr. no me apetece hablar porque llevo hacíendolo mucho en las últimas críticas. Diremos que es un grandísimo punto positivo para la película, una esperanza más, aunque esto no vaya a ser Memorias de Queens. Robert Duvall ayudará, siempre luce, pero eso sí, ya no estamos en tiempos de El padrino.
Curtis Hanson es el encargado de dirigir esto. También es uno de los dos guionistas. Muy atrás nos queda ya L.A. Confidential, ahora lo que más reciente tenemos son películas suyas como ese vehículo de lucimiento para Eminem que fue 8 millas, o la reciente En sus zapatos. Películas menores que, junto con la tontorrona Jóvenes prodigiosos hacen que Hanson no sea ni mucho menos un director a seguir. Al fin y al cabo, recordemos que es el perpetrador de aquel "películón" con un jovencísimo Tom Cruise, Ir a perderlo y perderse.
El coguionista, Eric Roth, posiblemente es el elemento que más me interesa de este equipo. El buen pastor, Munich, Ali, El dilema. Son guiones que no destacan por una maravillosa originalidad pero en todos los casos sólidos e interesantes. No creo que vaya a ser una chorrada.
Una película enmarcada en el mundo del Poker, que siempre se agradece, con sus apuestas, tensiones y riesgos no siempre calculados. Quizá tendremos una ración excesiva de lecciones de la vida. Seguramente habrá tiempos muertos. Para estos tiempos veraniegos una opción a contemplar para pasar un rato entretenido, pero que nadie corra a reservar entrada.
Un consejo: que nadie se vaya hasta que terminen los créditos, el que avisa no es traidor.