Bajo la triste sombra del único interés académico de esta cinta, Robert de Niro, los pupilos Clive Owen (Hijos de los hombres)y Jason Statham (Crank) proponen hacer atractiva una cinta de bajo interés, comenzando por su título poco original: Asesinos de élite. Nada nuevo en su "cómo" pero actual en su "qué". Una de actualidad que bebe de otras, poco pretenciosa, sin ánimo de tambalear cualquier cimiento de dudosa estabilidad cuyo objetivo de principio a fin es entretener, hacer un poco de ruido, hacerse notar el primer fin de semana en cartelera y esperar a la llamada del videoclub más cercano. Un producto que se trasladará rápido de la mejor sala de los cines comerciales al uso para terminar por ser visionada en la más discreta, esa de las pelis "ultimatum".
Me gustaría no tener que decir que la máxima de este film es la presencia de De Niro. Por un lado, esto es triste ya que dice poco del resto, aunque las mayúsculas están para lo que están, para ser distinguidas, tener identidad y hacerse notar. Por eso, una razón de peso es la presencia de nuestro eterno taxista solitario, nuestro querido Bob. Todo lo demás, es fruto de las circunstancias, necesidades y objetivos de su director, un desconocido Gary McKendry quien participa en el guión de la cinta, basado en la novela del británico Ranulph Fiennes. Algo querrá decir de su director porder posicionarse entre los pocos de la lista que trabajan de buenas a primeras con actores de la talla de los ya anteriormente citados, dejémosle trabajar entonces.
Y después de todo lo malo y tan poco bueno, ¿qué hacemos con estos asesinos de élite? Haremos lo siguiente: recomendarla. A cada espectador, su película, a cada uno según su necesidad, cada cinta cumple una función en cada uno de nosotros así que el cine sabio siempre nunca cierra las puertas de ningún espectador, vaya en familia, sólo o en familia. Asesinos de élite cumple el perfil de película de acción con tropezones de actualidad política internacional, navegando sin rumbo, con poco fundamento pero con la seguridad de que los tiros, el ruido y la calidad de una pantalla de cine y el sonido de última tecnología que sólo nos puede ofrecer nuestro palacio de proyecciones nos permitirá disfrutar. Tirando de superpresupuesto.
Para los que lleguen a la cartelera despistados, con poco tiempo y sin ánimo de complicarse demasiado. Saquen la cartera y páguenla con monedas, el billete es para ocasiones más especiales.