Que no me la trago de ninguna manera. A ver, probemos.
En estos días de verano, cuando el pensamiento se ve azotado por las altas temperaturas no queda otra que refugiarse en las salas fresquitas y ver una comedia con hielo para refrescarnos como es debido. Mmmm no, mejor ir a la playa.
El nuevo éxito de taquilla veraniego se llama Patinazo hacia la gloria. Ha entrado en el verano pegando muy fuerte y ganando sus dineritos. Cuenta con el cómico más de moda como protagonista, Will Ferrell. Hace poco le vimos en Pasado de vueltas y después en un registro algo más serio en Más extraño que la ficción. Mmmmm no, tampoco. Me trae sin cuidado la taquilla y más en verano, y ¿Ferrell? No lo trago, es un pasmarote con nulas dotes interpretativas, no le salva ni haber trabajado con Woody Allen.
A su lado, Jon Heder. ¿Quién es ese tipo con tal cara de bobo? Pues nada más y nada menos que Napoleón Dynamite, ahí es nada. ¿Y qué? Que aquella fuera una comedia cuando menos curiosa e interesante no le hace un actor digno de interés. Que no.
No me interesa, porque tiene un batallón de guionistas, novatos prácticamente todos. No me interesa porque sus directores (plural) vienen del corto, con nominación al Oscar debajo del brazo, eso sí, pero no es suficiente. Pero sobre todo, no me interesa porque creo que simplemente se apunta a las comedias de ahora, de dos personajes tontos, pero además de tontos ridículos, que tiene más gracia. Se apunta al estilo de Zoolander, pero con actores con menos chispa. Se apunta a un carro demasiado fácil.
Seguramente será mejor que lo más bajo, es decir, mejor que las Epic Movie y demás, mejor que Norbit y demás bajezas, pero eso no es suficiente. Para un visionado en grupo lanzando palomitas al televisor puede valer, para compra una entrada en el cine no.
Para quien no tenga interés en el cine y sí en pasar el rato. A mí esto sin Ben Stiller no me hace gracia.