Que poca recompensa da el ver una película como esta, sin demasiada emoción, más que de cuatro ataques cortísimos y sin fiereza de un par de plantas carnívoras y un enorme dinosaurio fugaz. Si el objetivo era rememorar a Julio Verne y sus batallas con lo imposible, esto no ha sido un acierto, si lo que se quería era crear aventura, esto no es aventura de las de vibrar, sino de la de pasar sin pena ni gloria, y si lo que se pretendía era una moralina preciosista, pues tampoco se ha conseguido a base de besos forzados, amores forzados y recuerdos de padres en falta con apretones de hombro a cada instante.
Por encima de todo, el tono de efectos digitales es bastante pobre, a no ser que se vea en tres dimensiones, y no creo que mejore demasiado, las actuaciones son malísimas, con un Brendan Fraser fuera de lugar, al menos lo esperaba en un sitio más discreto y punto, y una historia que ni tiene pistas, ni se parece a nada que podamos recordar de las aventuras del centro de la tierra, ni posee ese enganche con los más pequeños que hasta podamos disfrutar de manera educativa. Son escenas de peligros supuestos, con ciencia ramplona y un inagotable caer de posibilidades perdidas. Una lástima, pero no pensé que fuera tan mala. Con haberse parecido a cualquier película de siempre ya hubiera bastado.