Este documental de origen británico viaja en el camino del cine con mayúscula por su estética, su cámara y sus emociones compartidas con un espectador que no sabe a lo que asiste. La propuesta del clásico basado en hechos reales con una nueva fórmula como la de El impostor primero sorprenderá, segundo provocará, tercero convencerá.
El enigma y el choque cerebral a través del suspense de guión y argumento, un secuestro infantil, huelen a favor del éxito de lo que no es un falso documental, sino un documental cierto pero bien adornado. Se trata de una batalla entre realidad y ficción¿?
Parece que las entrevistas son clave en un film que si no es veraz será talentosamente ficticia, y si no es ficticia será una realidad escalofriante. De cualquiera de las maneras un atrayente proyecto, de cualquiera de las maneras un objetivo a visionar.