¿Que quizás falta alguna escenita más por ahí de esas desternillantes, de las que te hacen perder el aire a base de descojonarte? Quizás... ¿Que Tejero está desaprovechado -mira tú por dónde, yo temblaba solo porque salía en la peli... y después de verla tengo la sensación de que está desaprovechado, que cosa más rara-? Pues quizás también.
Pero el personaje de don Antonio es, desde que ya no es él sino el tipajo verde ese que no se parece en nada a Pepito Grillo, la hostia en vinagre. Willy Toledo está inmenso en el arranque de la peli, que por cierto, de puro exagerado y satírico es buenísimo. Y qué disfrute ver a Enrique Villén haciendo de comisario, con ese gesto imperturbable y ligeramente... desorientado... al mirar.
En fin, que me lo he pasado pipa, me he descojonado y mucho con la niña satánica esa (la cuñadita de Willy Toledo) y con ese cara a cara final ('Es que... eres fea... eres MUY fea. Tú no tienes la culpa, lo sé... ¡pero yo tampoco!').
Ya sé que no se llevará ningún premio (tampoco yo la subo de 3 estrellas), pero insisto: ¡que vivan estas gamberradas! (cuando están hechas así, claro. ¿Así como? No sé, pregúntenle a Alex de la Iglesia, él sabe cómo.)