Un extraño recién llegado a una remota isla con una cerrada comunidad, es la base de este drama francés, que nos llega con tres años de retraso respecto al estreno en su país de origen. Si la historia está lo suficientemente cuidada en sus detalles y el ritmo no incomoda por su lentitud, puede resultar muy interesante y porque no decirlo, estimulante, ya que nunca puedes decir con absoluta seguridad, de este agua no beberé...
Dirigida por Philippe Lioret, ganador de un par de premios en el Festival de San Sebastian en el 93 con uno de sus anteriores trabajos, En transito y responsable tambien de títulos como Mademoiselle o Tenue correcte exigée.
Protagonizada por Sandrine Bonnaire (Femme Fatale), Philippe Torreton (Héroes del cielo) y Grégori Derangère (Bon voyage). Obtuvo tres nominaciones a los premios César, en la categoría de mejor actriz, mejor actriz secundaria para Émilie Dequenne (El puente de San Luis Rey) y mejor música por Nicola Piovani, y es aquí donde quería llegar yo.
Piovani, el compositor italiano que algunos comparan ya con Ennio Morricone, ha creado tales bellezas musicales como las que aparecen en La vida es bella, El tigre y la nieve o La habitacion del hijo. Solo por oir lo que ha creado para esta cinta, para escuchar como los sentiminetos se expresan con notas, merecería la pena acercarse al cine.
En esta época plagada de grandes campañas de marketing que acompañan a títulos como Los Simpson o Ratatouille como metidos a presión , un poco de tranquilidad, reflexión y buen cine no vendría mal.