Crítica de la película En el punto de mira por Iñaki Ortiz

Lo que primero nos va a llamar la atención de esta película americana va a ser ver a Eduardo Noriega entre Forest Whitaker y Dennis Quaid. Y es que la película está ambientada en Salamanca, con lo que la aparición del actor resulta más comprensible. Sin duda un intento de Noriega de saltar el charco ahora que parecen tener tanta aceptación los actores españoles en EEUU.

La película tiene la estructura narrativa de Rashomon, y no quiero entrar demasiado en detalle sobre este aspecto siendo esto una precrítica, pero creo que veremos un juego de puntos de vista cuando menos interesante.

El director viene de la televisión así que aún no ha podido demostrar gran cosa, se trata de Pete Travis. El guionista, Barry Levi también es primerizo, así que por aquí no tenemos mayor esperanza que las ganas de hacer un trabajo llamativo por cada uno de ellos.

Está claro que hay dos puntos atractivos, la estructura narrativa y el reparto. Forest Whitaker ganó el año pasado el Oscar por su papel protagonista en El último rey de Escocia, aunque no necesitábamos eso para saber que se trata de uno de los mejores actores del momento. Su participación en la película tiene, además del valor de su trabajo, el aval de su participación en el proyecto. Dennis Quaid no se mueve en esas cotas de calidad pero es un buen actor que está intentando reconducir su carrera, algo deteriorada, con aceptables resultados. No soy un admirador de Eduardo Noriega, pero creo que este papel está perfectamente a su alcance.

Comentar para los fans de Perdidos que también tiene un papel importante Matthew Fox, aunque para mí siempre será el Charlie de Cinco en familia.

Una película con varios atractivos a los que nos podremos agarrar para pasar un rato entretenido. Sin mayores pretensiones, no creo que defraude. En el caso más desesperado, siempre tiene gracia ver la imagen que puedan tener los americanos de España.