Werner Herzog es un grande del cine. Un trabajador incansable, un tipo al que nada le asusta y nada le para, pero de vez en cuando hay que hacer caja porque si no no se cobra lo suficiente para hacerte tu mismo las locuras que te apetecen y por esto, después de una carrera formidable con Aguirre, la cólera de Dios, Nosferatu el vampiro de la noche, Fitzcarraldo y recientemente creaciones curiosas como Grizzly man o Encuentros en el fin del mundo, entra en un remake que es inalcanzable de mejorar de la película de 1992 de Abel Ferrara (apunto de estrenar Go go tales, comedia) Teniente corrupto.
Película oscura y muy bien llevada al drama total por aquel gran maestro director de The addiction, que no creo se pueda igualar sustituyendo el genial trabajo de Harvey Keitel con un Nicolas Cage en horas bajas y punto, y lo digo desde la pena de un seguidor suyo durante mucho tiempo. Además sumamos a la orgía, un rapero famosete (Xzibit), la guapa de moda Eva Mendes que todavía tiene que demostrar mucho y un Val Kilmer que vuelve relleno pero como reclamo puro y duro. A alguien con pasta le ha parecido buena idea juntar todo esto para llamar la atención y tratar de hacer taquilla y mucho me temo que ha acertado, la va a hacer.
Va a ser una película comercial pero trabajada, donde nos vamos a hartar de ver el primer plano de Nicolas Cage poniendo esas caras que sabe poner medio de loco y cuerdo, con chistecitos cabreados y mucha droga a lo superficial. Curiosa va a ser pero lejos de ser buena va a ser normal, lo peor que podían hacerle a una película con estrellas como es Teniente Corrupto.