Crítica de la película Pepín Bello por Iñaki Ortiz

Pepín Bello era el último de los amigos de la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid que aún seguí con vida, hasta que falleció a principios de este año. Pero antes nos ha dejado un testimonio gráfico en este documental que se estrena ahora en algunas salas de nuestro país.

Amígo íntimo de aquel grupo de artistas de la generación del 27, y responsable de la mayor parte de los documentos gráficos que conservamos de todos ellos. Este escritor, que se dedicaba a fotografiar a sus amigos artistas, ha sido esta vez él quien ha quedado inmortalizado en este documental dirigido por el primerizo Tomas Studer.

Servirá de excusa para hablar de un tiempo, y de una concentración concreta miembros de la edad de plata de la cultura española. Junto a este escritor ya anciano, uno de los actores de la nueva generación del cine español, Alberto Amarilla, muy correcto en El camino de los ingleses, aunque sigue sendas más cercanas a trabajos de baja calidad como Prime Time. Si consigue ganarle la batalla a su dicción puede funcionar perfectamente.

Un documental sobre la historia desde el recuerdo vivo de un anciano. Nada nuevo, pero en cualquier caso, una buena manera de echar una mirada hacia el pasado.