La Disney recurre de nuevo el siempre efectivo recurso eterno de los animales, para hacerlos hablar gracias a las modernas técnicas y ablandar los corazones de los niños y también de sus padres. En este caso como es bien claro, se trata de perros y concretramente de chihuahuas, ese simpático animalejo que está claramente relacionado con las clases pudientes de aquel país. Ese guiño es todo cuanto nos puede ofrecer, pero el resto un aburrimiento más o menos controlado.
Los niños que es lo que nos interesa, van a disfrutar, siempre admiten bien estas historias, y por lo que parece la pareja protagonista de canes logran cierto nivel de complicidad con el público infantil, son expertos en esto después de tantos años en la empresa creada por Walt Disney. El presupuesto y el desarrollo posible de la producción no dejará en malas manos el detalle técnico ni la sensación de realismo, pero tampoco puede competir con otras producciones destinadas a los más pequeños, porque al final no ofrece mucho mejores mensajes ni tampoco de manera más didáctica.