El documental no es más de lo que
prometía: un reportaje bien ordenado sobre la carrera de Woody
Allen. No pretende ser más ni tener un formato audaz o
artísticamente brillante. Claro que el material es tan
bueno, que a poco que te interese mínimamente la figura del
cineasta, lo puedes disfrutar. Un documental clásico: lo que importa
es lo que cuenta, no tanto cómo lo cuenta.
Aporta material que la mayoría de
nosotros no habíamos visto. Me estoy refiriendo a las actuaciones de
Allen como humorista antes de ser cineasta. Tanto los monólogos,
como las apariciones en televisión, demuestran su ingenio y son
simplemente desternillantes. Después entra ya en un repaso a su
filmografía en el que, como es natural, dada la ingente cantidad de
películas de Allen, echaremos de menos algunas de nuestras películas
favoritas, pero que se para en el detalle en los puntos de inflexión
clave. En concreto echo de menos que se hable un poco de algo tan atípico como es la incursión en el musical, con Todos dicen I love you; o de la que considero una de sus grandes películas, Desmontando a Harry. Al mismo tiempo, vamos viendo su personalidad como autor,
desde su propio punto de vista y del de quienes le han rodeado. Unos
testimonios que resultan interesantes y enriquecedores respecto a la
obra.
No es más que eso y es eso nada menos.
Por el camino, algunos de los momentos más divertidos de sus
películas, algunas situaciones cómicas tras las cámaras, y sobre
todo, un documento crucial para cualquier fan de Allen que se
precie. Para reír, para recordar y para saber algo más sobre ese
extraño genio.